Ataque epiléptico. Mitos y curiosidades
Ataque epiléptico ¿Por qué ocurre? ¿Cómo actuar?¿Siempre hay convulsiones?
Hoy vamos a hablar sobre algo que por desgracia para muchos es muy común, los ataques epilépticos. Existen gran cantidad de mitos que los rodean y muchas personas no saben ni cómo actuar frente a uno, algo que considero completamente necesario, y por eso veremos qué hay que hacer ante un ataque epiléptico.
¿Qué es la epilepsia?
Vamos a dar unas pinceladas para comprender qué es lo que ocurre, la epilepsia es una enfermedad crónica y recurrente que se caracteriza por la aparición de crisis epilépticas.
Un ataque epiléptico es una descarga brusca, muy fuerte y normalmente breve, incontrolada y sincrónica. La descarga se produce en un punto concreto de la corteza cerebral llamado foco y desde ahí las neuronas que lo rodean se sincronizan, expandiéndose. Ya hemos hecho en ocasiones posts relacionados con las neuronas, te recomiendo echarle un vistazo al de los peligros de llevar la música alta.
Según la zona de la corteza cerebral que se vea afectada, aparecerán unos síntomas u otros, perdiendo el conocimiento o no. Pero si el ataque se sincroniza y afecta a toda la corteza cerebral van a aparecer los síntomas más típicos y que todo el mundo conoce.
Las convulsiones o crisis tónico-clónicas
Seguro que en vuestra vida cotidiana alguien de vuestro alrededor ha sufrido alguna vez un ataque epiléptico, en mi caso la primera vez que vi uno fue en medio de clase y la verdad es que fue penosa la reacción de la profesora (de ahí que me haya decidido a escribir este artículo, todos deberíamos saber distinguir un ataque epiléptico y cómo actuar).
Como se puede ver en el nombre que llevan este tipo de crisis, hay dos fases: la tónica y la clónica. En la fase tónica ocurre una pérdida de conocimiento seguida de movimientos bruscos producidos por contracciones involuntarias de los músculos, haciendo que la persona que la sufra pierda el equilibrio y pueda caer al suelo.
En la fase clónica ocurren contracciones y relajaciones de los músculos. Dependiendo de la duración de estos ataques debemos preocuparnos o no, ya que si la duración es muy elevada puede llegar a producir isquemias e incluso la muerte.
¿Siempre hay convulsiones?
Aquí viene la parte curiosa y que no todo el mundo suele conocer. No en todos los ataques epilépticos hay convulsiones, sino que puede ocurrir lo que se conoce como crisis de ausencias.
Las crisis de ausencias suelen durar entre 20 y 30 segundos (máximo un minuto) y en ellas parece que el individuo se ha ido. Por lo que si tienes a tu lado a una persona que sabes que es epiléptica y de repente se queda estática mirando fijamente al infinito… que sepas que está sufriendo un ataque.
Otro dato curioso sobre estas crisis es que a la persona que le ocurre, cuando vuelve a la normalidad, no se acuerda de haber sufrido la ausencia y sigue haciendo aquello que estaba realizando como si nada.
Cómo reaccionar ante un ataque epiléptico
Esto es algo que considero muy importante de saber, como ya os conté antes si llegáis a ver la reacción que tuvo mi profesora cuando le dio el ataque epiléptico a un compañero fliparíais, incompetencia 100%, le faltó salir corriendo chillando.
También hemos de destacar un mito que rodea a los ataques epilépticos y que puede llegar a ser hasta peligroso. Es muy fácil de comprobar, pregúntale a cualquiera cómo ha de reaccionar ante un ataque epiléptico y verás como la gran mayoría te va a decir: cogerle la lengua para que no se atragante, ponerle algo en la boca y cosas parecidas.
Pero bueno, comencemos con el proceso:
Como decíamos anteriormente, las crisis tónico-clónicas o convulsivas comienzan con una pérdida de la consciencia y contracciones, por lo que si vemos que a alguien le está ocurriendo, lo que se debe de hacer es evitar que al perder el conocimiento se estampe contra el suelo, intentaremos llevarlo poco a poco hacia el suelo estando pendientes de que no se golpee la cabeza. Este proceso nunca lo haremos cogiéndolo bruscamente o evitando que realice sus movimientos espasmódicos.
Una vez en el suelo debemos de colocarlo en posición de defensa o también conocida como decúbito lateral, que no es otra que estar acostado y de lado. De esta forma vamos a evitar que se pueda ahogar con su propia saliva o tragarse la lengua entre otras cosas. Esta posición no sólo se utiliza en la epilepsia, sino que es una posición básica y elemental en temas de primeros auxilios.
Cuando esté en el suelo, no debéis intentar frenar sus convulsiones, dejadlo tranquilo y apartad todo aquello con lo que se pueda chocar y lastimar en una de esas convulsiones. Desabrochadle el cuello si lo lleva algo apretado con la camisa para que pueda respirar mejor.
No le metáis nada en la boca, como decíamos antes, existe el mito de que si hay que cogerle la lengua con la mano y tal… ni de coña lo hagáis, correréis el riesgo de llevaros un bocado e incluso él mismo de atragantarse. Una vez que hayan pasado las convulsiones y esté tranquilo sí que debéis mirarle la boca para ver si tiene obstruidas las vías respiratorias con la lengua (algo que no ocurre con tanta facilidad si lo ponéis en posición de defensa).
Tampoco intentéis ponerle nada en la boca para evitar de forma mecánica que se muerda la lengua (corre el mito de poner un lápiz), con esto lo que vais a provocar es que se rompa los dientes y en casos peores que se rompa aquello que le pongáis y se atragante. Haciendo esto también se puede dañar la lengua y los labios.
Dejad que con el tiempo pase el ataque y de forma relajada se recupere.
¿Cuándo hay que preocuparse?
Principalmente hay que fijarse en la duración del ataque epiléptico, si este dura más de 5 minutos sí que debemos preocuparnos y llamar a la ambulancia. Si por el contrario dura menos (entre 2-3 minutos) no va a ser necesario el apoyo médico ya que es algo completamente “normal”, el menos para el epiléptico.
Bueno, espero que más o menos os haya quedado claro cómo actuar frente a un ataque epiléptico, creo sinceramente que es algo muy necesario en cuanto a educación básica, al igual que otras muchas cosas de las que hablaremos próximamente, como por ejemplo la maniobra de Heimlich. Y para acabar otro mito: no todos los epilépticos echan espuma por la boca como se cree, ya que unos salivan más, otro menos e incluso directamente otros ni salivan. Y otro dato curioso: no solo los humanos podemos tener ataques epilépticos, también los gatos, perros, etc… pueden sufrirlos.
Un saludo, La vida cotidiana.