¿Cuál es la diferencia entre el colesterol bueno y malo?
Los hábitos alimenticios y la actividad deportiva que practiquemos marcan profundamente nuestra salud. El sendentarismo y la dieta alta en grasas está causando más enfermedades que cualquier otra, con problemas derivados de diabetes, accidentes cardiovasculares y cáncer.
El colesterol es un grave problema en el mundo occidental, pero existe mucha leyenda urbana acerca de este elemento. Para profundizar en ello, tenemos que aprender a diferenciar los distintas formas de lípidos que podemos encontrar, las consideradas como funcionales, HDL (lipoproteínas de alta densidad), y las negativas LDL (lipoproteínas de baja densidad).
¿Sabes realmente la diferencia entre el colesterol bueno y malo?
Diferencias entre el colesterol bueno y malo
Sin duda alguna la salud nos preocupa cada vez más y por eso tratamos de informarnos acerca de los ingredientes de cada producto que entra en nuestra cesta de la compra y también de si alguno de ellos nos repercute positiva o negativamente a largo plazo.
Una de las máximas preocupaciones y que es justamente sobre lo que menos claridad tenemos es acerca del colesterol, y de qué es lo que se conoce por colesterol bueno y qué por colesterol malo.
Muchos hemos oído decir eso de “tengo colesterol” o “cuidado con el colesterol alto”, pero estas frases tan comunes sólo logran generar confusión y no reflejan la realidad.
Para ayudarte definitivamente a responder a esas dudas te recomendamos que sigas leyendo.
Antes de nada conviene decir que el colesterol es algo que necesitamos los seres humanos y que se encuentra en el tejido corporal de todos los animales.
Se trata de un esterol, es decir, un conjunto de moléculas orgánicas que se localizan de forma natural, y en pequeñas dosis, en una gran variedad de alimentos que consumimos habitualmente, como aceites vegetales, cereales e incluso en frutas y verduras y también nuestro propio hígado lo produce.
Para más datos, el 70% del colesterol proviene de la producción de nuestro hígado y sólo el 30% restante de los alimentos que tomamos.
El colesterol juega un papel fundamental para que nuestro organismo funcione correctamente del siguiente modo:
colabora activamente en la transformación de los rayos del sol que recibimos en nuestra piel en vitamina D, esencial para la correcta absorción del calcio por los huesos.
- Fabrica los ácidos biliares, que ayudan en la digestión de las grasas que ingerimos.
- Produce las hormonas esteroideas, como las sexuales o las tiroideas, fundamentales en nuestro cuerpo.
El problema aparece cuando nuestro cuerpo tiene una cantidad de superior a la necesaria, y por tanto, que puede causar enfermedades cardíacas.
Se suele hablar de forma coloquial de colesterol bueno y malo, pero es mejor referirnos a ellos como HDL (lipoproteínas de alta densidad) y LDL (lipoproteínas de baja densidad).
Tipos de colesterol
Bajo las siglas HDL y LDL están los términos en inglés “high density lipoprotein” (lipoproteína de alta intensidad) y “low density lipoprotein” (lipoproteína de baja intensidad), respectivamente.
Al colesterol LDL se lo conoce como colesterol malo porque un nivel excesivo de este en sangre se adhiere a las paredes arteriales y a la larga la placa que se forma puede obstruir las arterias.
Esta obstrucción de las arterias coronarias haría que al corazón llegaran cantidades menores de oxígeno y de sangre, y que, por tanto, las personas que la padecieran tuvieran problemas respiratorios, entre otras dificultades.
En casos extremos en los que las arterias se vieran totalmente taponadas, las consecuencias podrían ser más graves, desembocando en un ataque cardíaco.
Por otra parte, el colesterol HDL, el “bueno”, se encarga de algún modo de ir recogiendo todo el colesterol que se encuentra por nuestro cuerpo para llevarlo de nuevo hasta el hígado, donde se elimina mediante la bilis.
Así pues, un nivel demasiado elevado de LDL afecta negativamente a la salud, pero también lo es el hecho de tener unos niveles demasiado bajos de colesterol HDL.
Hay un tercer tipo de colesterol, quizá el menos conocido, que es el VLDL “very low density lipoprotein” (lipoproteína de muy baja densidad), también producido por el hígado y cuyas partículas transportan triglicéridos a los tejidos.
Unido al colesterol siempre se nombra a los triglicéridos pero, ¿qué son?
Son grasas que se encuentran depositadas en la sangre y que provienen de las calorías de los alimentos, como las grasas animales o los aceites vegetales.
Si el cuerpo tiene más triglicéridos de los que necesita transformar en energía, podemos encontrarnos con problemas cardiovasculares por triglicéridos altos.
A mayor consumo de productos con altas dosis de grasas saturadas o azúcares, más facilidad para tener triglicéridos altos.
Como acabamos de ver, aunque el colesterol y los triglicéridos son lípidos, ni tienen la misma función en el organismo ni la misma estructura, por lo que conviene no confundirlos.
Valores recomendados
Si bien existen unos valores medios de colesterol bueno y malo recomendados, estos dependerán de diversos factores como la edad o el sexo.
Lo forma más adecuada para conocer los niveles de cada persona es con un análisis de sangre y con los conocimientos que aporta un doctor especialista.
Aun así podríamos establecer los siguientes límites:
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- Para colesterol LDL: lo mejor sería no superar los 100 miligramos por decilitro, poniendo el límite en los 130mg/dL, controlando más todavía a quienes ya hayan sufrido alguna enfermedad cardiovascular anteriormente, pues tienen un riesgo mayor.
- Para el colesterol HDL: En este caso se refiere a valores mínimos, siendo lo recomendable 40mg/dl en hombres y 50mg/dL en mujeres.
- En cuanto al VLDL, el máximo debería situarse en los 30mg/dL.
Cuando oímos hablar de colesterol total no es ni más ni menos que el conjunto de todos los tipos de colesterol (LDL, HDL y VLDL) y que no debe superar los 200mg/dL.
La Fundación Española del Corazón hace hincapié en la importancia de conocer nuestros niveles de colesterol en sangre realizando una prueba de sangre conocida como perfil de lípidos.
Esta prueba se puede hacer ya desde niños, especialmente si existen antecedentes familiares de hipercolesterolemia. Lo recomendable es realizar una prueba cada 5 años e incluso cada menos si así lo considera nuestro doctor.
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Cómo bajar el colesterol malo
Para reducir los niveles de colesterol malo se aconseja principalmente seguir una dieta equilibrada, tratando de evitar el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares refinados o grasas transgénicas.
Además de esto, llevar un estilo de vida más saludable pasa también por realizar ejercicio físico con frecuencia, pues de este modo podremos transformar parte de las grasas en energía.
En algunos casos no es suficiente con esto y deberemos recurrir también a medicamentos específicos para la reducción del colesterol, pero siempre bajo la tutela de nuestro médico especialista.
Aunque recomendamos encarecidamente disponer de una dieta equilibrada, con mayor consumo de fibra y bajo en grasa (o al menos, con grasas insaturadas), también hay complementos alimenticios que pueden ayudar a reducirlo, en caso de que se encuentre en niveles no deseables.