Curiosidades de la cerveza #no te lo puedes perder#
Recopilatorio de información interesante sobre la cerveza
Se acerca el calor y con ello las ganas de refrescarnos. Qué mejor que tomar el aperitivo en una plaza al Sol disfrutando de una cerveza fresca y algo de comida ligera. La cerveza está llena de curiosidades que tú, ávido consumidor deberás conocer. Qué mejor que hablar de cerveza cuando se está tomando cerveza, ¿no?. ¡Vamos a ello! 😉
El antepasado del antepasado del antepasado de tus antepasados hacían el mismo ritual que tu, beber cerveza. Estamos hablando de la Baja Edad Media, allá por el siglo XI-XV. En aquella época la cerveza era algo distinta a lo que tenemos hoy en día, ya que cocían el mosto de las flores de lúpulo. Pero bueno, esos fueron los inicios.
Aunque eso sí, podemos irnos muuuucho más atrás, antes de Cristo, para ver a los primeros humanos realizando cerveza. Los pueblos egipcios, elamitas y sumerios ya realizaban algo parecido a la cerveza actual cerca del 3.500 a. C. Algunos incluso la datan de épocas anteriores, cerca de la edad en la que se formó el pan.
Y si pensamos en el país donde se originó la forma de cocción «actual» de la cerveza con el lúpulo, seguro que nos vienen a la cabeza los grandes consumidores de este líquido elemento, los alemanes.
Fotografía: Dr. Hagen Graebner
La importancia del lúpulo
Básicamente, si quitamos el lúpulo en la mezcla de los ingredientes, se nos quedaría un vino de malta, con un sabor totalmente distinto al original. Fueron ellos los que sustituyeron los aromas por el lúpulo, adquiriendo la cerveza un sabor amargo, como el de hoy en día.
Si tienes sed, bebe cerveza. #VERDAD DE LA BUENA#
Si tienes sed, lo mejor es beber agua (ya sabes lo que ocurriría en un mundo sin agua). Sin embargo, la cerveza también cumple su cometido. Hemos visto un estudio de una revista en el que decían todo lo contrario (no vamos a decir el nombre). Seleccionaron un tamaño muestral de 11 personas, así que, con ese tamaño muestral, no nos podemos fiar mucho.
Sin embargo, sí que nos fiamos del VI Simposio Europeo en Cerveza y Salud, donde han participado investigadores y médicos de toda la Unión Europea. Ellos afirman que sí que hidrata.
No se encontró ningún punto negativo si decidimos sustituir el agua por la cerveza después de hacer ejercicio. Piensa que entre el 85 y 92 % de esta bebida es agua. Eso sí, otra cosa es que bebas en exceso, con ello sólo conseguirás emborracharte y tener una futura resaca.
La cerveza SIN sabe diferente. ¿Por qué?
Los grandes defensores de las costumbres originales dirán que la cerveza SIN no está tan buena como la normal. Nosotros opinamos igual. Esto se debe al compuesto químico me-til-tiopropional-de-hído o metional. Aunque está presente en los dos tipos de cerveza, en la clásica (con alcohol) se enmascara con sustancias aromáticas que también lleva. Sin embargo, en las SIN, estas sustancias no perciben por lo que aparece en el sabor el compuesto metional.
La cerveza negra tiene más hierro que la rubia
Para aquellos a los que les guste la cerveza negra están de suerte. La Journal of the Science of Food and Agriculture, mencionada alguna que otra vez en la vida cotidiana, muestran que los extractos de malta y lúpulo que en la cerveza negra se encuentran en proporciones diferentes a la rubia clásica, dejan un mayor contenido en hierro.
Lo mismo ocurre con la cerveza sin alcohol, que tiene menos hierro, ya que en parte se pierde durante el proceso de eliminación del alcohol.
La cerveza «no engorda», lo hacen las patatas, las aceitunas, el pinchito…
Que sepas que la costumbre de beberse un vaso o dos (no más) al día pertenece a la conocida dieta mediterránea.
Si acompañamos nuestras comidas diarias con cerveza, recibimos un aporte extra de ácido fólico, hierro, calcio y muchas vitaminas, protegiendo el sistema cardiovascular, como también lo hace el vino. Si unes la cerveza a tu vida saludable (con alimentación sana y práctica de ejercicio), los efectos son más que positivos. Otra cosa es que no hagas nada durante el día, te dediques a la procrastinación y luego le eches la culpa a la cerveza.
También, otra cosa es que te tomes el aperitivo casi todos los días con cerveza, aceitunas, patatas, ensaladilla rusa, magra con tomate, etc. y luego digas que es por tomar cerveza. ¡Sí, sí!
Para que te hagas una idea, 100 gramos de cerveza tienen 43 calorías. Sin embargo, estás incorporando a tu organismo 4 mg de calcio, 6 mg de magnesio, 27 mg de potasio, el 35 % de la vitamina B6, 20 % de la B2, etc.
¿Cuánta cerveza tenemos que tomar como máximo?
Como se ha dicho, 2 vasos, o como mucho 3 al día, es lo máximo recomendable. Lo equivalente a una pinta de cerveza o 1/4 de vaso de vino. Con estas dosis, no sólo no perjudicamos al organismos si no que lo beneficiamos, reduciendo las enfermedades cardiovasculares, diabetes, y cómo no, también las depresivas. Claro está, esto último está más relacionado con la conexión social que se establece cuando se bebe cerveza, entre familiares o amigos, en la mayoría de ocasiones.
Cervezas hay muchísimas, por eso en la mayoría de ocasiones se dividen por el país de procedencia. Cada comunidad le otorga un sabor distinto, más o menos fuerte, dependiendo del gusto del consumidor. En los países de Europa gustan más de cerveza amarga y fuerte, como la negra, y en otros países de procedencia americana, buscan una cerveza más suave y apetecible. Para gustos los colores.
Si quieres saber las marcas de cerveza de tu país, puedes consultar este anexo de cervezas por países.
Y ya sabes, si te gusta la vida cotidiana (suponemos que no tanto como la cerveza 😉 ) danos un +1 en las redes sociales. ¡El primo del vecino del cuñado de tu hermano lo agradecerá!
Y para terminar, una curiosa infografía sobre el proceso de fabricación de la cerveza:
Un saludo. La vida cotidiana.