¿De dónde viene el Wasabi?
El origen «no esperado» del Wasabi
Seguro que muchos de vosotros sois seguidores de salsas con sabores profundos y exóticos. Este es el caso del Wasabi, el cuál compramos o nos traen perfectamente envasado como una especie de pasta y una textura deliciosa. Sin embargo, ¿Sabéis cuál es el origen o de donde se extrae? Hoy, en la vida cotidiana, resolvemos esta incógnita para quien no lo sepa….aún.
Muchas veces ocurre que no sabemos el origen de las cosas. Por ejemplo, si le preguntamos a más del 70 % (por decir un dato) de la población, seguramente no sepa si el kiwi viene de un árbol o de una planta (por si no lo sabes, aquí la respuesta). Y ojo, lo mismo pasa también con la piña y otros frutos que iremos desvelando con el tiempo.
Pues hoy damos turno al Wasabi, el cual a muchos les sonará e incluso tendrá la imagen de la pasta verde con textura ligera y sabor exótico, pero no sabe si se extrae de una planta, es un conjunto de varias salsas o qué.
El Wasabi se extrae de….
Pues no. No es una mezcla de distintos compuestos, ya sea ajo, perejil, aceite, etc. No van por ahí los tiros.
El Wasabi sale de…
Exacto, el wasabi proviene de una planta. Se conoce como Eutrema japonica, y lo que nos interesa de ella a la hora de producir wasabi es la raíz. En una foto posterior veréis el aspecto de dicha raíz.
El problema, al contrario de otras plantas de la misma familia botánica de las cuales también se hacen salsas (claro ejemplo de la mostaza), es que es muy caro y difícil de producir. Este condimento especialmente indicado para acompañar al sushi se cultiva en Japón, concretamente en la isla de Sajalín, la cual reúne unas condiciones especiales para su cultivo. De ahí que sea muy difícil encontrar un microclima especial para su cultivo.
¿Qué más tiene de especial?
Muchos países desisten en producirlo, incluso Japón, con el clima y el entorno perfecto para producirlo, a veces recurre a sucedáneos de Wasabi. Una especie de polvos que se rehidratan cuando se añade agua y tiene un sabor medianamente parecido (no para el buen paladar, eso sí). 🙂
Curiosidades del sabor del wasabi
Su picor no está relacionado con la capsaicina de los chiles o guindillas, como vimos en la escala del picante (Scoville). De hecho, en el wasabi no hablamos de niveles o concentración de capsaicina, sino que intervienen otros compuestos, como los isotiocianatos.
¿De dónde viene entonces el picante?
Los isotiocianatos son compuestos azufrados, donde el azufre sustituye al oxígeno en el compuestos isocianato. Este compuesto, según las cantidades, es un excelente bactericida, nematicida y fungicida en el campo de la agricultura.
Pues para el caso del wasabi, con los niveles de isotiocianatos que contiene, es perfecto para inhibir el crecimiento de microorganismos perjudiciales en nuestro organismo.
El picante no es el picante al que estamos acostumbrados…
Los isotiocianatos actúan de forma distinta como lo hace la capsaicina. Cuando mordemos una guindilla, el picor nos envuelve y lo pasamos mal durante un periodo bastante largo. En el caso del wasabi, el picor es instantáneo y dura poco tiempo. De hecho, se produce por los vapores que sube por nuestras fosas nasales. Después de que ocurra esto, el lagrimeo (como cuando partimos una cebolla) y goteo de la nariz está asegurado. 🙂
Preparar wasabi
Llegamos a una parte que seguro a muchos les interesa, preparar wasabi.
Este es el aspecto de la raíz de la planta (Eutrema japonica) que más bien parece la cola de un pescado. El rallador que se ve en la fotografía está diseñado específicamente para rallar el wasabi. Cuando se pulveriza, se forma una pasta verde como la que estamos acostumbrados a ver. Una vez rallado, su consumo ha de ser inmediato para que no pierda las propiedades. El resultado es este:
Un saludo. La vida cotidiana.