¿Qué es el fuego de San Telmo?
¿Qué es el fuego de San Telmo?
Es una de las grandes curiosidades de la ciencia que tenía mucho impacto entre los navegantes antiguos. A pesar de que nosotros ya damos por pasada esa época también podemos encontrar este fenómeno de la naturaleza en el siglo XXI, como en aviones o animales. ¿Animales? Sí, vamos a contaros un poco del fuego de San Telmo.
El fuego de San Telmo está íntimamente relacionado con las descargas eléctricas. Así que como antes os hemos comentado, tanto aviones como barcos (aquellos con mástiles altos) son susceptibles de albergar estos fenómenos, puesto que navegan o vuelan en estas condiciones.
La explicación del nombre de San Telmo viene porque es el patrón de los marineros. En aquella época en la casi totalidad de veces el fuego de San Telmo aparecía cuando se navegaba, ya que no existían los aviones. La aparición de este fenómeno era considerado como un símbolo de protección, motivo por el cuál se le nombró como su patrón. Sin embargo, había ciertos marineros que, debido a su ignorancia ante el proceso atmosférico, achacaban el fenómeno a hechos sobrenaturales que desembocaban en mala suerte o en que algo malo iba a pasar.
¿Qué es el fuego de San Telmo?
Hemos contado de forma breve las creencias de la gente sobre el fuego de San Telmo o los objetos susceptibles de albergarlo, ahora nos toca pasar a la parte explicativa para ver qué es exactamente.
En momentos de inicio de tormenta el aire está ionizado. Es lo que se conoce como efecto corona, en el que el ambiente (en concreto las moléculas del aire) está cargado eléctricamente. Esto significa que el aire es un conductor de la energía eléctrica (rayos, por ejemplo), pero no muy bueno. La diferencia de potencial eléctrico debido a que el aire es dieléctrico (mal conductor de la electricidad) ocasiona que se forme un halo azul (parecido al fuego pero sin ser fuego), en los objetos que acaben en punta. Es por eso que el fuego de San Telmo se puede formar sobre los mástiles de los barcos, los morros de los aviones, cimas de montañas y astas de animales, aunque éste último es muy raro.
Como parece un caos todo esto que os acabamos de comentar, lo vamos a hacer más sencillo por si alguno aún lo ha entendido. Sabemos que en el ambiente hay cargas positivas y negativas y que la atmósfera tiende a estar en un estado neutro. Cuando se origina una tormenta hay un desequilibro de estas cargas, pero en un medio dieléctrico o mal conductor como os hemos contado que es el aire, no es tan fácil equilibrarlas, por lo que se acumula más y más energía en las nubes. El aire, debido a esa carga eléctrica se empieza a ionizar (se separan las moléculas del aire de sus electrones), formándose un plasma a altas temperaturas. Es por eso que el fuego de San Telmo tiene colores con tonalidades azules (como un soplete).
El caso de los aviones
En el caso de los aviones, como en la punta de los mástiles de los barcos, ocurre lo mismo. Las nubes están cargadas eléctricamente y tienden a descargar esa energía sobre los objetos (con mayor facilidad por lo que acaban en punta) y como el avión tiene carga electrostática «atrae» los rayos, sin comprometer, en principio, la funcionalidad del aparato en el aire.
¿Solucionada esta gran curiosidad?