Las moscas en invierno
¿Dónde están las moscas en invierno?
Si algo bueno tiene el invierno y el frío a parte de los edredones nórdicos y el chocolate caliente es que las moscas no nos molestan. ¿Dónde se meten? En algún lugar, ¡porque está claro que no se extinguen! . A lo mejor viajan a otras zonas calientes, o invernan, o… ¡No te hagas más preguntas y obtén la respuesta!
La vida de una mosca en nuestra vida cotidiana se resume a 3 cosas: comer, procrear y molestar (la única diferencia de las moscas en invierno es que «duermen más»). Su etapa en nuestro mundo dura entre 2 o 3 semanas. Bueno, viven eso cuando están muy a gusto en verano con esas altas temperaturas. Cuando entra el frío el ciclo de vida de las moscas en invierno se vuelve más corto (más problemas de supervivencia) hasta que…. no, ¡no desaparecen! Solo que no las vemos.
La típica mosca del cristal de tu habitación
Eso siempre. Hasta en invierno, con las temperaturas cálidas de nuestra habitación (y gélidas en el exterior) podremos encontrar una mosca que se estampa una y otra vez contra el cristal. Eso es debido a que en invierno hay alguna mosca medio invernando o en estado adormecido en algunos rincones de nuestra casa y cuando suben las temperaturas deciden salir a alimentarse. También, en algunos días soleados o que haya subido la temperatura un fin de semana podremos ver alguna mosca purulando por la calle o el campo, y es por lo mismo, aprovechan el incremento de la temperatura para salir a comer y volver tan pronto como puedan a su escondrijo para esperar el final del invierno.
Aun así hay poquísimas, y es que el invierno se les hace muy duro y no muchas sobreviven en estado adulto. Por mucho que traten de ocultarse en sitio de interior pocas pueden engendrar y afrontar el invierno hasta la llegada del calor. Tranquilo, ya llegará el verano y las pocas moscas en invierno llegarán a ser tu tormento en verano.
Si muchas moscas perecen por las bajas temperaturas… ¿pueden llegar a extinguirse?
No lo creo. No han llegado a ser las grandes supervivientes de este planeta (junto con las cucarachas) para que por un invierno frío y tormentoso perezcan y se extingan. En realidad el invierno apenas le afecta a las pupas o crisálidas. Permanecen en sitio ocultos con temperaturas cálidas y se desarrollan de forma completa cuando la primavera nos da nuestros primeros días calurosos. Como en esa época la comida no es un problema (por abundancia de frutas y flores) el crecimiento de la población es exponencial y culmina en verano con una gran cantidad de moscas. En tan solo 24-30 horas los huevos de la mosca eclosionan como larvas (gusanos) y en una semana ya se desarolla un ejemplar adulto. Imagina una mosca que en cada puesta ponga 500 huevos, muchos de ellos futuras hembras, que en la siguiente generación formarán nuevas hembras adultas formando una inmensa población de moscas. Vamos, ¡un disparate!